Toma indígena a la Alcaldía de Medellín dejó ocho lesionados

En una especie de resguardo indígena se convirtió ayer el primer piso de la Alcaldía de Medellín, tras la toma por la fuerza que hizo un grupo de 500 indígenas, incluidos unos 300 niños. Después de una movilización pacífica por el Centro, de forma sorpresiva y violenta, esta comunidad se metió al edificio, donde permanecieron durante horas.

Los indígenas de la comunidad Emberá Katío, procedente del Chocó y que están ubicados en algunos inquilinatos en Niquitao, iniciaron la marcha desde este sector, en un recorrido tranquilo, que aparecía relegado ante el paro de los taxistas que se realizaba simultáneamente.

Pero a las 10:45 de la mañana del pasado miércoles 22 de febrero el panorama cambió y la tranquilidad de la movilización indígena se convirtió en una violenta toma del edificio de la Alcaldía de Medellín. Con palos y piedras redujeron los controles de los vigilantes y quebrando vidrios y dañando torniquetes tomaron posesión del hall principal, mientras que el personal encargado de controlar el ingreso tenía que abandonar sus puestos para no ser agredidos.

Rodrigo Vitucay Tequía, uno de los gobernadores indígenas que abanderó la protesta, afirmó que con ella buscan que se les respete el derecho a trabajar en las calles y, aunque suene inverosímil, pedían hacerlo junto a menores de edad. Aseguró que ya habían tratado el tema con la Alcaldía y ante unos incumplimientos, los cuales no explicaron, decidieron hacer esta toma.