Se iban de Marinilla para cumplir un sueño: la historia del abuelo y el bebé que murieron atropellados en la Medellín-Bogotá

El hombre iba con el bebé de nueve meses en sus brazos mientras cruzaban este corredor vial para tomar un bus y viajar hacia Tierralta, Córdoba.

Con sus maletas listas para tomar un bus para dejar definitivamente Marinilla, luego de seis años, rumbo a la casa que habían construido en Tierralta, Córdoba, los miembros de la familia Hernández cruzaron la autopista Medellín-Bogotá, a la altura de la vereda Las Mercedes. Cuando estaban a punto de terminar de pasar el segundo carril de la calzada de ascenso para llegar al separador, un carro arrolló a dos de ellos, al abuelo y a su nieto más pequeño.

La tragedia de esta familia cordobesa se registró a las 7:45 de la noche del pasado miércoles en el kilómetro 45+180 de este corredor nacional, cuando el vehículo, un Renault Logan, no pudo detener su marcha, llevándose por delante a Denis Darío Hernández Ramos, de 58 años, y a su nieto, Andrés Hernández, quien tenía nueve meses de vida y a quien Denis transportaba en sus brazos.

El adulto falleció en el sitio por cuenta del impacto ocasionado, al parecer, por el exceso de velocidad del auto particular. El pequeño Andrés alcanzó a ser trasladado por personal del Cuerpo de Bomberos de El Santuario y de Marinilla al hospital San Juan de Dios de Marinilla, pero allí llegó sin signos vitales, según informó el coronel Fabio Enrique Sierra, comandante de la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Antioquia.

La familia de Denis Darío llegó desde Tierralta hacia El Santuario en búsqueda de mejores oportunidades y se habían radicado en este municipio del Oriente antioqueño hace seis años, según lo informó el medio Entre Ceja y Ceja. En el último tiempo estuvieron viajando entre ambos municipios, luego de adquirir un lote en la localidad cordobesa, hasta que, a finales del año pasado decidieron regresar, luego de terminar las obras de la casa que tanto soñaron.


Denis Darío se dedicaba a la agricultura y su casa estaba ubicada, a pie, a 10 minutos de la vía nacional. Según relataron los vecinos, ya estaba acostumbrado a cruzar esta vía y no había tenido ni un susto, lo que no ocurrió en el que quizá iba a ser su última pasada.

Giovanny Marín, un comerciante de la zona del accidente, relató que en un principio supo del accidente, pero no había dimensionado la tragedia. “Escuchamos un frenado y un grito, pero no creímos que fuera mayor cosa. A los 10 minutos vimos la congestión de carros y las ambulancias”, señaló.

Los agentes de la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Antioquia realizaron la inspección a ambos cuerpos sin vida: el de Denis Darío en el sitio y el del pequeño Andrés en el centro asistencial, ante los desconsoladores lamentos de la mamá del menor, a quien en cuestión de segundos la alegría de la nueva casa se le convirtió en una tragedia doble.

La zona donde se produjo el accidente, que es limítrofe entre Marinilla y El Santuario, no cuenta con un puente peatonal ni un semáforo por lo que los peatones que deseen pasar al otro lado deben mirar previamente si no viene un vehículo, con el riesgo de que aparezca uno de repente, a alta velocidad.

Así lo expresó Weimar Ocampo Alarcón, un habitante de la vereda Las Mercedes, quien adujo que “ojalá que a la entrada de Las Mercedes se pueda hacer algo para que no vuelva a pasar una tragedia de estas, como un puente peatonal, un resalto o algo por el estilo”

El secretario de Movilidad de Marinilla, Juan Fernando Zuluaga, manifestó que si se necesita alguna señalización en esta zona para el tránsito de peatones, este debe hacerse de la mano con la concesión vial Devimed, la cual opera la vía.

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El conductor del vehículo implicado en el accidente, un hombre de 54 años, fue llevado por las autoridades al centro asistencial de Marinilla para realizarle la respectiva prueba de embriaguez y esta resultó negativa. No obstante, respondería por un doble homicidio culposo. La investigación deberá establecer si excedió los límites de velocidad en este sector, el cual está en 80 kilómetros por hora.

Pero más allá de una intervención de las autoridades, en este sector quedarán las huellas de la muerte de un pequeño y su abuelo cuyas vidas perecieron en la mitad del camino a cumplir un sueño.

Cortesía: El Colombiano

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